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Mini Historia nº15: El solitario viaje de Jinbe, el Caballero del Mar

Contexto

Mini Historia nº15: El solitario viaje de Jinbe, el Caballero del Mar

Portadas de los capítulos (751-785)

Tras las intensas batallas y los cambios que dejó el enfrentamiento en el Nuevo Mundo, Jinbe se embarca en un viaje en solitario para reunirse con sus antiguos camaradas y reconstruir los lazos con su tripulación. Impulsado por la noticia de la nueva alianza de Luffy, el Caballero del Mar se lanza al océano con determinación, en un trayecto lleno de encuentros sorprendentes y misterios por resolver.

Durante el inicio de su travesía, Jinbe se encuentra con un pequeño gato marino perdido, símbolo de inocencia en medio de la vastedad del mar. Conmovido por su suerte, el veterano decide ayudarle y, en el proceso, se cruza con un perro marino policía, a quien le confía el reencuentro del gatito con su familia. La escena se tiñe de melancolía cuando Jinbe llora al despedirse de este inocente ser, mientras el perro marino cumple su misión.

Al arribar a una ciudad, Jinbe descubre que ésta ha desaparecido de forma inexplicable, y junto al gato marino, observa cómo un barco se hunde en la superficie. Tras salvar el barco y leer en el periódico sobre la alianza de Luffy con Trafalgar Law y los recientes ataques de los Reyes Marinos, el Caballero del Mar sigue su camino. Sin embargo, su sorpresa crece al encontrar intacta la casa del gato marino entre las ruinas de Port Town, lo que despierta la curiosidad de los habitantes sobre un extraño fenómeno: las ofrendas a los dioses han desaparecido, provocando que casas enteras caigan del cielo.

Decidido a descubrir el origen de este misterio, Jinbe investiga y observa cómo un altar vacío coincide con la repentina caída de una vivienda. Siguiendo el rastro, se sumerge en las profundidades y se enfrenta a Wadatsumi, el responsable de estas “lluvias” de casas. Expulsado de Isla Gyojin y en busca de alimento a costa de las ofrendas, Wadatsumi se encarga de recolectarlas y, a cambio, devuelve a los humanos las casas que encontraba en el fondo del mar. Tras un emotivo sermón, Wadatsumi se muestra arrepentido y decide disculparse con los ciudadanos y con los Reyes Marinos, quienes habían interpretado sus actos como un robo divino.

El reencuentro del gato marino con su madre y el hallazgo de un poneglyph entre las ruinas marcan momentos de revelación y memoria en este viaje. Al final, la comunidad se une en un banquete festivo, en el que las bestias marinas ayudan a los habitantes a pescar y a celebrar la restauración del equilibrio. Con el misterio resuelto, Wadatsumi le pregunta a Jinbe si le gustaría acompañarlo en su viaje. Aceptando, Jinbe zarpa nuevamente, llevando consigo nuevos recuerdos, un kimono renovado y la firme determinación de seguir protegiendo el vasto océano y a sus seres queridos.